Algunas mujeres dicen «sentir» su embarazo desde el momento de la concepción. Para el resto de nosotras existen las pruebas de embarazo.
Ya sean caseras o de laboratorio, las pruebas de embarazo están diseñadas para detectar el nivel de la hormona gonadotrofina coriónica (hCG por siglas en inglés), que se presenta solo cuando estás embarazada.
Pruebas caseras
Las pruebas caseras las puedes adquirir en la farmacia o supermercado. Son fáciles de utilizar y bastante confiables en tanto se apliquen de forma correcta y con el plazo indicado. Por lo general puedes usarlas una vez que tengas un atraso en tu menstruación.
Si el resultado es positivo, ¡felicidades! Pronto serás madre. Los resultados positivos son casi certeros. Tu próximo paso es solicitar una cita con tu ginecólogo para empezar el control prenatal. Durante tu primera cita también te realizarán una prueba de embarazo profesional para confirmar el diagnóstico.
Si el resultado de tu prueba casera es negativo y aún notas síntomas de embarazo, espera cinco días más y tómala otra vez. Los falsos negativos pueden darse cuando el embarazo es muy reciente y la prueba aún no puede detectar los niveles de hCG en la orina.
Asegúrate de seguir las instrucciones del fabricante al pie de la letra, sobre todo en cuanto a la cantidad, ubicación de la orina y el tiempo que requiere la prueba. También puedes intentar tomar el examen cuando te levantas en la mañana, o esperar por lo menos cuatro horas sin ir al baño antes de tomarlo. De esta forma los niveles de concentración de la HCG son mayores, facilitando su detección.
Pruebas de laboratorio
Las pruebas realizadas en laboratorio, ya sea de sangre o de orina, son prácticamente infalibles. Al igual que en las caseras, las pruebas de embarazo médicas o de laboratorio buscan detectar la hCG, pero son más precisas al determinar su presencia y cantidad.
Por ser más sensibles, también pueden confirmar un embarazo antes de que tengas el atraso en tu menstruación. En el caso de las pruebas de orina, se pueden realizar a partir de los diez días después de la concepción. Las pruebas de sangre se realizan a partir de los siete días de la probable concepción.
Las pruebas de sangre también te permiten cuantificar el nivel de hCG y determinar cuánto tiempo tienes de embarazo, en caso de que tengas dudas sobre la fecha de tu última menstruación (la cual se utilizará a partir de ese momento para establecer tu tiempo de embarazo). Los especialistas pueden comparar tu nivel de hCG con el previsto para la edad de tu embarazo.
Ultrasonido obstétrico
El ultrasonido, también conocido como ecografía o sonograma, confirma la existencia de vida en tu vientre. Esta prueba te ayuda a evaluar el desarrollo apropiado del bebé, la cantidad de embriones, y -mi parte favorita- escuchar los latidos de su corazón. En algunas ocasiones, un ultrasonido también puede revelar un embarazo ectópico.
En un embarazo normal, esta herramienta permite a los médicos determinar el tamaño, etapa de gestación, fecha estimada del nacimiento y otros factores para controlar la salud del bebé y el bienestar de tu embarazo. Para ti, esta será la primera fotografía de tu hijo o hija.
Las primeras semanas verás solo un saquito negro con una forma blanca adentro -es muy temprano y las partes del cuerpo no se han formado aún. Lo negro es el líquido amniótico en el que vive tu bebé, y la forma blanca es el embrión. Conforme progresa tu embarazo empezarás a ver sus extremidades, ojos y demás rasgos, hasta que por fin toma la forma del bebito que tendrás en tus brazos.