Solo hay que tener en cuenta algunos consejos para sobrellevar el calor y aprovechar lo mejor del verano para recuperarse del parto.
Higiene corporal
- Con el calor, es necesario extremar la higiene íntima y ducharse varias veces al día. Los loquios tienen un olor característico, que unido al sudor puede resultar desagradable.
- Si a la mujer le han practicado una episiotomía, puede necesitar asearse más a menudo, sin abusar para no ablandar la cicatriz. Hay que lavarse con agua y jabón neutro y secar muy bien la zona sin restregar, dando pequeños toques de delante hacia atrás con una gasa o una toalla suave. Conviene dejar la cicatriz al aire unos minutos. Para evitar la humedad, es importante cambiar la compresa a menudo.
- Durante los 40 días que siguen al parto, puede haber episodios de sudoraciones o sofocos. Son trastornos puntuales relacionados con los desajustes hormonales del posparto y los cambios de temperatura corporal que se dan en la lactancia (la producción de leche puede aumentar la sensación de calor). Para prevenirlos hay que evitar los ambientes sobrecargados.
Baños
- La mujer puede ducharse ya al día siguiente del parto. El baño se desaconseja hasta después de la cuarentena por el riesgo de infecciones.
- En mes y medio hay que evitar sumergirse en el mar o en la piscina. El cuello uterino no se ha cerrado completamente y si entra agua en la cavidad uterina puede causar infecciones que podrían llegar a ser realmente graves.
- Tras una cesárea se deben mantener las mismas precauciones, no tanto por la cicatriz externa, que tarda unos 15 días en curar, como por la permeabilidad del canal cervical.
Sol
- Una ventaja de dar a luz en verano es que se puede salir con el bebé todos los días. El paseo diario constituye un estímulo tanto para la recuperación de la madre como para el desarrollo del chiquitín. Eso sí, hay que sacarle en las horas menos calurosas, ligero de ropa y con una sombrilla.
- La madre debe cubrirse con una gorra o un sombrero y utilizar una crema de protección solar alta. Los cambios hormonales del embarazo han podido oscurecer la piel en torno a la nariz y la boca (cloasma).
- Para evitar que esas manchas de la cara vayan a más, es fundamental aplicarse la crema media hora antes de salir a la calle. El dermatólogo puede ayudar a que desaparezcan, pero lo más importante es evitar que les dé el sol durante todo el año, y especialmente en los meses de verano.
Cansancio y sueño
- La llegada del bebé trastoca la rutina del hogar y multiplica el trabajo. A ello se suma el cansancio físico del parto, los cambios hormonales y el calor, que provoca desgana. Aunque nuestro deseo sea estar con el bebé a todas horas, es importante implicar el máximo posible al papá.
- Pedir ayuda a los familiares y amigos con las tareas de la casa y con los hijos mayores también te ayudará a descansar. El calor altera el sueño, ya trastocado por los despertares del bebé.
- Por eso, es importante descansar cuando lo haga el recién nacido, aunque sea en cabezaditas cortas, y echarse la siesta. Si el bebé no duerme en ese rato, puede quedarse con el padre o con otro familiar.
Lactancia
- Muchas mujeres sudan y sienten mucha sed cuando amamantan, más aún en verano. Es una reacción fisiológica normal. También el bebé puede sudar mucho (por la cabeza) mientras come, por el esfuerzo que realiza.
- Para estar más cómodos, la madre se puede poner una gasita fina sobre el brazo donde se apoya el bebé. Conviene tener agua a mano durante la toma.
- Dar de mamar no debe ser un impedimento para salir de casa. A algunas mujeres les da un poco de vergüenza amamantar en público, pero con el tiempo se acostumbran.
- Un consejo: las blusas y camisas ponen a la vista todo el pecho, en cambio las camisetas pueden levantarse desde la cintura, con lo que se muestra menos.
- Es importante buscar entornos con otras madres lactantes. Los grupos posparto son estupendos para compartir experiencias, aunque en verano, con las vacaciones, a veces no es fácil acudir a las reuniones. No obstante, siempre se puede consultar a un grupo de lactancia.
Viajes
- Se recomienda esperar al menos 15 días después de dar a luz para hacer un viaje. Aunque no existen inconvenientes para viajar en coche, tren o avión, durante el primer mes puede ser incómodo por la intensidad de los loquios y las molestias de la cicatriz de la episiotomía o de la cesárea.
- Elige un lugar de vacaciones que no trastoque mucho los hábitos del bebé y donde haya un pediatra cerca.
- Para las revisiones, espera a volver a casa y hazlas con el médico del niño, siempre que no se retrasen demasiado.
Alimentación
- Los médicos recomiendan no iniciar ninguna dieta de adelgazamiento en las seis semanas que siguen al parto. En esta etapa es fundamental cuidarse, descansar y adaptarse al ritmo de vida que impone el bebé. El cuerpo necesita fuerzas para afrontar la energía extra que requiere el recién nacido.
- Sí se pueden tener algunos cuidados, como evitar las grasas y el picoteo entre comidas.
- Hay que seguir una dieta variada y equilibrada y beber mucho líquido para evitar la deshidratación, procurando no abusar de las bebidas ricas en azúcar, como la horchata, la leche merengada o los granizados.
- No hace falta tomar caldos y guisos para recuperar las fuerzas. Las ensaladas de pasta, arroz o pollo también alimentan y si se aliñan solo con aceite aportan menos calorías.
Cómo hacer frente al calor
- Cierra las ventanas y baja las persianas para evitar que entre el calor en las horas centrales del día.
- Conecta el aire acondicionado y el ventilador siempre que no se dirijan directamente al bebé.
- Usa ropa cómoda y fresca de fibras naturales (algodón, lino o hilo), que transpiran mejor.
- Evita salir de casa en las horas de más calor. Pasea a primera hora del día o a última, cuando el sol empieza a ponerse.
- Toma mucho líquido.
- Queda con las visitas de confianza en un parque o una terraza al aire libre, en lugar de en casa.