Seguir una dieta balanceada y amamantar no bastan para recuperar la figura. El ejercicio también ayuda a conseguir este objetivo.
Sin embargo, antes de realizar cualquier actividad física, es apropiado consultar al ginecólogo para estar segura de que no hay ningún riesgo. Además, es oportuno esperar a que termine la dieta del puerperio (40 días), cuando el parto es vaginal, o cerca de tres meses, en caso de cesárea. El ejercicio, entre otros beneficios, relaja, fortalece y tonifica los músculos, mejora la posición corporal, contribuye a sanar las heridas y mejora el estado anímico.
La madre tiene varias opciones y puede escoger la que más le guste o se acomode a sus necesidades y posibilidades. Caminar, trotar, nadar, hacer aeróbicos, montar bicicleta, practicar yoga o Pilates y hasta levantar pesas hacen parte de la baraja de alternativas. Tenga en cuenta que no puede forzar mucho el cuerpo y es mejor parar cuando se sienta fatigada.